Noche de mamporros en Vic-Fezensac
¡Saludos,
andarríos!
Estoy
muerto del finde pero riéndome bastante con tu última carta.
Fuimos el
sábado con los punkis a las fiestas de un pueblo grande que se llama
Vic-Fezensac. Al parecer, son famosas porque siempre hay lío y, la
verdad, ha sido una locura de sangre y fluidos. Te cuento.
Pim,
uno, pum, otro; pim, allá va, pum, le cae la toba. Esta película no
tiene nada que ver con nosotros, mejor nos piramos. Espera, espera,
que ahí llega el gigante. Calla, no sea que encima nos reparta a
nosotros también. Pero si es muy gracioso, como un trol de las
cavernas con el brazo en cabestrillo repartiendo con su brazo-maza a
los goblins punkis de Toledo. Joder, quién nos mandaría juntarnos
con esta tropa, ya sabía yo. Pues si esos trabajan contigo, olvídate
de verlos el lunes, van a tener que pasar un mes en cuidados
intensivos. Pfuuuuuf, yo quería practicar francés con las niñas
del pueblo y ahora tengo a un equipo de rugbymans reventándole la
quijada a nuestra cuadrilla de gañanes.
Va,
corta, tris, raja, dale, uña de speed. ¿Cuánto llevas en Vic?
Vengo en verano para hacer las fiestas y luego sigo con el kiwi, la
uva de invierno y las fresas. ¿Y el curro en la pizzería guay? La
verdad es que nos has apañado la cena, porque te he oído hablar en
español con unos clientes. Sino habríamos cenado de reciclaje.
¿Reciclaje? Bueno, os he sacado las pizzas que habían salido malas. Oye
¿cómo has dicho que te llamabas? De verdad que me gustas pero soy
un desastre para los nombres. ¿Isabel? Isa, ¿no?
Tan,
tan, tan, tan, tan. En este pueblo son muy burros, mira que a mi
novio casi le revientan un año porque decían que había mirado a la
novia de otro y tal, que encima estaba conmigo. Ahora pasa de venir,
está en Barcelona de comercial de Naturgas.
Zum,
zum, zium, prrrruuuuuu, puf, plock. Se está formando tremendo
quilombo. ¿Es el Bury el que ha sacado la navaja? No creo, está tan
comido que te podría pinchar hasta con una de sus costillas.
Hooooosti, ¿has visto al Ronqui? Está en el suelo sangrando. Ah ya,
pero estaba así antes de la pelea.
Oye,
tengo una botella de pacharán en mi piso, ¿quieres que subamos?
Cierra,
punto, sirve, ¿qué pasa? Que tienes novio. Sí, pero no está aquí
y no le importa.
Con el manoseo se acabó cayendo su sujetador. Se abría ante mí un balcón
en flor de pechos blancos como el mármol renacentista y del tamaño de
la cabeza de un bebé de 14 meses. Pank. Su mano derecha dibujó en
el aire la parábola de un arcoiris con un nubarrón en medio, mi
cara. Odio esa cara de complacencia cuando nos miráis las tetas.
Como si fuéramos vuestra victoria.
Tun,
tun, tun, tun, pelonck, flap, flap, chissssss, plaf, garruf. Donck,
chof, chof, chof.
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