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Mostrando entradas de julio, 2020

Bakaz

Este semana no habrá Trombo, ni la que viene, ni la que viene de la que viene, porque estamos de vacaciones. No nos molestéis.

Esa chica familiar que odia la escalada tanto como yo

Hola, posho, ¿qué me cuentas? Yo estuve el finde semana en Pau, la gran ciudad, ciudad capital, donde los sueños se cumplen. Y estoy viviendo como un sueño extraño con una chica, tengo una sensación irreal con ella. Verás. Me convencieron los punkis para ir al rocódromo de Pau a escalar. Y la verdad, no había tocado ni una piedra y ya estaba hasta las pelotas de este deporte. Ya en el coche me había probado unos escarpines, los pies de gato, y desde entonces tengo los juanetes cantando zarzuelas. Al entrar al rocódromo, como me veían que estaba en modo plañidera, me invitaron a dejarles en paz y que me fuera a jugar al búlder, un pedrolo enorme de poco más de dos metros de alto, con diferentes vías según la dificultad, agarres y no sé qué, bueno, un puñao de tecnicismos y chorradas que ni idea. Me han dejado a mi aire como en el chiquipark. Ahí estaba yo delante de la piedra esa de corcho pan con mi camiseta de Piperrak y mis brazos enclenques de mantis religiosa cagándom...

Amuse-bouche

El labrador color canela se llama Churchill y su compañera caniche: Thatcher. Con los nombres de las mascotas uno puede imaginarse el pelaje de los dueños, el casoplón que gastan, las dimensiones de su piscina climatizada o el salario del jardinero paquistaní - ellos prefieren llamarle “Garden Designer”. Todo fue idea de Julia. Unos amigos suyos buscaban un profesional para hacer algunas fotos de los chuchos y ella les pasó mi número. Yo no tengo cámara; se la tuve que pedir prestada a un amigo. Bueno para ser sincero tampoco tengo ni idea de fotografía, pero ha colado. Las primeras fotos salieron movidas, fuera de foco y con el balance de blancos guarrísimo. Estaba perdiendo los nervios intentando comprender el menú de ajustes pero a la dueña no parecía importarle: ella seguía posando, estirando una sonrisa forzada y dándole besitos a su perrita en los morros. Minutos antes, Thatcher se había restregado el hocico por el culo de Churchill. Puse la cámara en modo automático y...