La hija del churrero - Parte I
Dos docenas de churros, tres de los rellenos de crema, seis porras y dos litros de chocolate - dice entre risitas el que parece el líder del grupo. Ella prepara el pedido aunque sabe de sobra que ninguno de esos mocosos tiene un duro. Debería pedirles el dinero por adelantado, pero no lo hace, prefiere no hacerse muchas preguntas y lo que tenga que ser será. El gordo de la cuadrilla recoge un par de paquetes grasientos y las garrafas de chocolate, los dos se miran a los ojos y él hace un amago de llevarse la mano al bolsillo. Se escucha una risotada y el chaval sale corriendo con el resto del grupo. Ella permanece impasible frente a la caja, mirando cómo los mocosos se alejan entre carcajadas e insultos. En el barrio, a la hija del churrero se le conoce como “el tanque”, “la grasas” o, simplemente, “Fátima-la-gorda”. Se agacha para recuperar un buñuelo del suelo y las varices se le estiran y atraviesan unas pierdas lipidinosas apretadas en unos shorts. La pobre gimotea y e...